QUÉ PUEDE HACER UN ROBOT DE COCINA POR TÍ
¿Alguna vez has pensado en comprar un robot de cocina? seguro que has oído a muchos dueños de robots de cocina programables contar que meten los alimentos poco menos que enteros y sacan un delicioso plato cocinado y listo para comer. O a mamás y papás decir que robots de cocina y bebés son la mejor combinación posible, porque se aseguran de darles alimentos saludables y cocinados en casa con la textura que los bebés necesitan. También está quien hace platos dignos de una estrella Michelín con la única ayuda de su fiel chef el robot de cocina
¿Todo esto es cierto? Pues sí, lo es. Más o menos. Lo primero que hay que saber es que existen distintos tipos de robots de cocina.
TIPOS DE ROBOTS DE COCINA
- OLLAS PROGRAMABLES.- Cuecen, asan, hornean y calientan. Tú los programas y cuando llegas a casa la comida te está esperando recién hecha. La parte mala es que no suelen trocear, batir, amasar ni remover, por lo que todo el trabajo
- Procesadores de alimentos.- En el otro extremo nos encontramos los procesadores. Trituran, amasan, muelen y pican. Pueden resultar muy útiles, pero tienen el hándicap de que no cocinan.
- Batidoras/amasadoras.- Montan claras y nata y preparan masas. Para reposteros, por ejemplo, son una muy buena opción, porque les ayudan en las tareas más mecánicas y pesadas de la repostería.
- ROBOTS DE COCINA MULTIFUNCIÓN.- Estos puede decirse que incorporan todas las opciones. Son aparatos que muelen, pican, pesan, amasan y que también son capaces de cocinar. Guisan, rehogan, hacen al vapor y cuecen, aunque no suelen ser programables, porque en los distintos pasos debes ir añadiendo ingredientes o cambiando de programa. No obstante, si lo que buscas es cocinar sin utilizar multitud de utensilios ni estar pendiente del fuego, son la mejor opción.
¿QUÉ PODEMOS PEDIRLE A UN ROBOT DE COCINA?
Cuando hablamos de robots de cocina, así en genérico, solemos referirnos a la última opción. Es en la que estamos pensando todos, la que nos permite triturar los ingredientes, saltearlos, añadir la carne, rehogar, meter líquido, hacer un guiso y todo esto mientras nosotros estamos tranquilamente viendo Neftlix.
Todo eso podemos pedirle a nuestro robot de cocina. Si tenemos un bebé, es fantástico para preparar los potitos y las papillas. Así nos evitamos comprar las comerciales, nos aseguramos de que los ingredientes son de buena calidad y, además, ahorramos dinero.
Si hacemos dieta también es una muy buena opción, ya que hay multitud de recetas sin grasas ni aceites que podemos hacer para mantener nuestro régimen sin renunciar al sabor.
Si somos cocinitas un robot multifunción es un must. Podemos hacer elaboradas recetas con la ayuda de un chef rápido y confiable, aunque la parte final de la receta se haga, por ejemplo, en el horno.
¿PODEMOS PROGRAMAR NUESTRO ROBOT DE COCINA MULTIFUNCIÓN?
Los robots de cocina no suelen ser programables porque perderían parte de sus funciones. Es decir, imagina que vas a hacer un guiso: Echas el ajo, la cebolla y el pimiento y los trituras. Después añades aceite y rehogas. A continuación va la carne, que también sofríes. Por último añades caldo, salsa de tomate, especias y sal y guisas. ¿Cómo vas a programar todo esto? Tiene que añadir alimentos y cambiar tiempos, programas y temperaturas cada ciertos minutos. No es viable. Para eso lo ideal es una olla programable.
Y, desde luego, si quieres tener todas tus necesidades cubiertas, tener ambos es la mejor opción. Un robot de cocina multifunción para las recetas elaboradas y una olla programable para aquellas que nos permiten volcar todos los ingredientes y, simplemente, poner el aparato a cocinar. De todas maneras, por experiencia propia te digo que no es un hándicap el hecho de no poder programar tu robot de cocina, puesto que no tienes que estar pendiente de él y puede cocinar mientras tú te duchas, haces deporte, lees o ves la tele.
La cantidad de recetas que se pueden hacer con él es inmensa: desde cremas de verduras y sopas, hasta arroces, guisos de carne y pescado. También puedes hacer los rellenos de quiches y tartas, y masas de repostería que simplemente tendrás que volcar en un molde y meter al horno. También mermeladas, chutneys y maravillosos batidos.
En mi opinión, es una inversión que puede no ser demasiado grande y que amortizaremos con creces en poco tiempo.
